Partido Comunista Internacional



La lucha contra la prostitución

(Compagna, n.8,14, 1922





Causas económicas.

El trabajo mal pagado, la flagrante desigualdad de la sociedad capitalista, la malsana costumbre de las mujeres de depender económicamente de los hombres, de buscar apoyo no en su propio trabajo, sino en la recompensa del amor, en un hombre que las apoye. Esto es lo que genera la prostitución; es aquí donde debemos buscar las raíces de este fenómeno malsano que ha existido durante tanto tiempo.

La revolución proletaria en Rusia, que demolió los cimientos del capitalismo, también abolió la dependencia de las mujeres respecto a los hombres que existía en el pasado. Todos los ciudadanos son iguales ante la sociedad de trabajadores, solo que están obligados a trabajar por el bien común y, en caso de necesidad, la comunidad los sustenta. Las mujeres ya no están protegidas por el matrimonio, sino por su participación en la creación de riqueza social, es decir, por su trabajo productivo. Las relaciones mutuas entre los sexos se trasladan a nuevas bases.

Pero las viejas visiones y concepciones aún nos pesan. Además, nuestro sistema económico aún está lejos de estar plenamente establecido, aún estamos lejos del modo de vida comunista. Por supuesto, en este período de transición, la prostitución aún tiene una base sólida. Muchas de las causas que la determinan no se eliminarán de ninguna manera hasta que se eliminen las causas fundamentales que la originan, la propiedad privada y la rígida forma de la familia burguesa. Pero persisten numerosos factores, la negligencia y la deficiencia en la protección de la infancia, las miserables condiciones de vida de la clase obrera, el abandono de la juventud, la baja remuneración del trabajo femenino, la imperfección de nuestro sistema de suministro, la desorganización general de la economía nacional y una multitud de otros fenómenos económicos y sociales que aún dan lugar a la venta de mujeres, alimentando así la prostitución.


Debemos combatir a quienes desertan del trabajo

Mientras tanto ¿Qué es una prostituta profesional? La prostituta profesional es una persona cuyas energías laborales no se destinan al bienestar colectivo, una persona que vive a expensas de otros y que recibe una parte de la ración ajena. ¿Es permisible tal situación en una república obrera? Ciertamente no, porque disminuye la oferta de mano de obra, el número los brazos que trabajan para la creación de riqueza nacional, de bienes sociales. ¿Cómo debe considerarse a la prostituta profesional desde la perspectiva de los intereses de la economía nacional? Como una persona que abandona su trabajo.

En este sentido, debemos condenar la prostitución sin piedad. En aras de un plan económico razonado, debemos determinar la disminución del número de prostitutas y combatir sus manifestaciones, cualquiera que sea su forma.

Es hora de que comprendamos cómo la existencia de la prostitución contradice los principios fundamentales de la República proletaria, en la que toda forma de lucro no obtenida mediante el trabajo es perseguida.

Quien no trabaja, quien vive a expensas de otros, del beneficio ajeno y no realiza un trabajo productivo, es un peligro para la sociedad colectiva, para la república.

Pero cuando consideramos a las prostitutas y las combatimos como elementos improductivos de la sociedad, no debemos clasificarlas en una categoría especial. Para nosotros, para la república, es absolutamente indiferente que una mujer se venda a uno o más hombres, que sea una prostituta profesional que vive de ingresos distintos a los de su trabajo útil, o que venda sus caricias a un marido legal o a un comprador ocasional de placeres femeninos, cuya identidad puede cambiar de un día para otro. Todas las mujeres que abandonan el trabajo, que no participan en el trabajo productivo, que no realizan ningún trabajo para sus hijos, son puestas al mismo nivel de las prostitutas, deben ser obligadas a trabajar. No podemos hacer distinción alguna entre una prostituta y una esposa legal que vive a expensas de su marido, sea quien sea, incluso si fuera un comisario.


¿Debe el gobierno soviético combatir la prostitución?

La lucha contra la prostitución requiere, ante todo, combatir los fenómenos mencionados; es decir, requiere apoyar a la policía general del Poder Soviético en la labor de fortalecer el inicio del comunismo y perfeccionar la producción. Esta es nuestra tarea principal y fundamental.

Algunos se preguntarán ¿Es necesario librar una guerra especial contra la prostitución en este caso? Este doloroso fenómeno desaparecerá por sí solo cuando hayamos fortalecido el poder del proletariado, en los inicios del comunismo.

Discutir esto es ignorar la influencia desintegradora y desastrosa que la prostitución ejerce sobre toda la estructura de la sociedad comunista. Ya en el primer congreso ruso de obreras y campesinas se estableció el programa correcto. «Las ciudadanas libres e iguales de la República Soviética proletaria no pueden ni deben ser objeto de compraventa».

La prostitución perjudica a la Rusia trabajadora, principalmente desde el punto de vista de los intereses de la economía nacional y del libre desarrollo de nuestras fuerzas productivas.

Sabemos que la victoria sobre la organización y el aumento del desarrollo de nuestra industria solo son posibles con el máximo aprovechamiento de todas las energías trabajadoras de la República, con una aplicación completa y metódica de todas las fuerzas trabajadoras individuales, tanto de mujeres como de hombres.

¡Abajo el trabajo improductivo en la vida doméstica, con la explotación de las niñas en el hogar! ¡Adelante al trabajo organizado, al trabajo productivo, al trabajo útil para los trabajadores!

* * *

Otra razón por la que debemos llevar a cabo de inmediato una campaña sistemática contra la prostitución es la defensa de la salud pública. La Rusia Soviética está interesada en prevenir la desorganización y el desperdicio de la fuerza de trabajo de la población, así como su capacidad de trabajo, a causa de enfermedades y dolencias. La prostitución es una de las fuentes de enfermedades venéreas, pero, por supuesto, no es la única. Estas enfermedades también pueden transmitirse en la vida cotidiana, debido a las malas condiciones familiares. La falta de higiene, la escasez de platos y servilletas, que por lo tanto se usan en común entre varias personas, a menudo provocan infecciones.

En la tesis de la Comisión Interdepartamental para la Lucha contra la Prostitución, en la Comisión de Bienestar Social, se afirma que la tarea inmediata del Comisariado de Salud Pública es desarrollar medidas especiales para la lucha contra las infecciones venéreas. Por supuesto, estas medidas abarcan todas las causas de infección y no deben limitarse a perseguir la prostitución, como lo hacía la hipócrita sociedad burguesa. Sin embargo, dado que reconocemos que la propagación de la infección ocurre a gran escala en la vida cotidiana, es fundamental dar a la población una idea clara del papel de la prostitución en la propagación de enfermedades venéreas.

Es fundamental impartir una educación sexual adecuada a la juventud, brindarles información veraz, permitirles afrontar la vida con los ojos abiertos y evitar el silencio sobre cuestiones relacionadas con la vida sexual, como lo hacía la mentirosa e hipócrita moral burguesa. La tercera razón por la que la prostitución es inadmisible en la república proletaria de los Soviets, es que impide el desarrollo y la consolidación de las cualidades básicas de clase del proletariado, de su nueva moralidad.

¿Cuáles son las cualidades fundamentales de la clase obrera? ¿El arma moral más poderosa en su lucha? El sentimiento de camaradería, de solidaridad, es la base del comunismo. Sin este sentimiento, profundamente arraigado entre los trabajadores, es inconcebible construir una nueva sociedad verdaderamente comunista. Por supuesto, es obvio que los comunistas conscientes deben contribuir con todas sus fuerzas al desarrollo de este sentimiento, y viceversa, deben luchar con todo su poder contra aquellas fuerzas que impiden el desarrollo y la consolidación de dichas cualidades y características de la clase obrera.

En la sociedad burguesa, la prostituta era difamada y perseguida no por no proporcionar un trabajo útil y productivo, ni por vender sus besos (dos tercios de las mujeres en la sociedad burguesa se vendían a sus maridos legales), sino por la irregularidad de sus relaciones maritales, por su brevedad.

La base del matrimonio en la sociedad burguesa era su estabilidad y formalidad, su registro. Este registro pretendía asegurar la transmisión de la propiedad a los herederos. La falta de formalidad, la corta duración de las relaciones entre los sexos, esto era lo que la burguesía repudiaba en las relaciones extramatrimoniales, lo que era difamado con desprecio por los hipócritas abanderados de la moral burguesa. ¿Puede la corta duración, la irregularidad, la libertad en las relaciones sexuales ser considerada, desde el punto de vista de la humanidad trabajadora, un delito, un acto que deba ser castigado? Obviamente no. La libertad en las relaciones sexuales no contradice la ideología del comunismo.

Los intereses de la comunidad obrera no se ven perjudicados en absoluto por la duración del matrimonio, ya sea a corto o largo plazo, ya sea por amor, pasión o una atracción física transitoria.

Lo único que resulta perjudicial para la colectividad trabajadora, y por lo tanto inadmisible, es el elemento del cálculo material que interviene en las relaciones entre ellos, tanto en forma de prostitución como en la del matrimonio legal: la sustitución de un mezquino cálculo materialista por la unión libre de los sexos basada en una atracción recíproca.

¿Cuáles son las consecuencias de la prostitución? Una disminución del sentimiento de igualdad, solidaridad y camaradería entre los sexos; es decir, entre las dos mitades de la clase obrera.

El hombre que compra las caricias de la mujer ve en ella una conveniencia. La considera como su dependiente, es decir, como una criatura de orden inferior, sin iguales derechos ni igual valor ante el gobierno de los trabajadores.

Su concepción despectiva de las prostitutas, cuyas atenciones compra materialmente, la extiende a todas las mujeres.

En lugar de un desarrollo del sentimiento de camaradería, igualdad y solidaridad, si la prostitución se desarrolla aún más, tendremos un fortalecimiento de las condiciones de desigualdad entre los sexos, del sentimiento de superioridad del hombre y de la dependencia de la mujer respecto a ellos; en otras palabras, una disminución de la solidaridad en toda la clase obrera.

Desde el punto de vista de la nueva moral comunista, en proceso de formación y cristalización, la prostitución es intolerable y peligrosa. Por lo tanto, la tarea de nuestro partido, y en particular de la sección femenina, debe ser llevar a cabo una campaña abierta, decidida e implacable contra este legado del pasado. En la sociedad burguesa, todos los métodos para combatir la prostitución no eran más que un desperdicio inútil de energía, ya que las dos causas fundamentales de la prostitución -la resistencia de la propiedad privada y la dependencia económica directa de un gran número de mujeres respecto a los hombres (padre, esposo, amante)- estaban arraigadas de forma poderosa y firme.

En la república proletaria, estas causas han sido eliminadas. La propiedad privada ha sido abolida. Todos los ciudadanos de la República Soviética están obligados a trabajar. El matrimonio deja de ser un medio para que la mujer viva y escape de la inevitabilidad de trabajar y alimentarse con su propio trabajo. Las causas objetivas fundamentales de la prostitución en la Rusia Soviética han sido abolidas.

¿Qué será del matrimonio en el futuro, o más precisamente, qué forma adoptarán las relaciones entre los sexos? Si, es muy difícil de predecir. Pero es seguro que bajo el régimen comunista no solo todo cálculo material, toda dependencia de la mujer respecto del hombre, sino también cualquier otra consideración de conveniencia que tan a menudo caracteriza al matrimonio actual, quedará excluida de las relaciones maritales. En la base de las relaciones maritales se encuentra un sano instinto de reproducción, aderezado por el atractivo de un amor feliz, de una pasión ardiente, impregnado de armonía espiritual, que determina una atracción fisiológica espontánea, que pronto se extingue.

Todos estos factores de las relaciones maritales no tienen nada en común con la prostitución. La prostitución es ofensiva porque es un acto de violencia de la mujer sobre sí misma, determinado por la presión de ventajas externas y fortuitas; en la prostitución no hay cabida para el amor ni la pasión, ni para ningún sano instinto de reproducción de la especie. Es puramente un acto deliberado de cálculo material.

Donde entra la pasión o la atracción, la prostitución desaparece.

Bajo el régimen comunista, la prostitución pasará al olvido del pasado junto con el sistema insalubre de la familia actual. En su lugar surgirán relaciones sanas, felices y libres entre los sexos. Una nueva generación reemplazará a la anterior con un sentimiento social más desarrollado, con mayor independencia mutua, con mayor libertad, salud y valentía. Una generación para la que el bienestar de la comunidad estará por encima de todo.

Camaradas, nuestra tarea es destruir las raíces que alimentan la prostitución; librar una lucha inflexible contra todo vestigio de individualismo, que hasta ahora ha sido la base moral del matrimonio; impulsar una revolución ideológica en el ámbito de las relaciones matrimoniales y allanar el camino para una nueva moral marital sana, que corresponda a los intereses de la comunidad trabajadora.

(Alessandra Kollontay)